Ana María,
He leido tu comentario después de contestarle a Humberto y veo que en el tema de la “santidad” del personaje pensamos lo mismo. Que fuera un hombre imprescindible en su época para llevar a cabo la tarea de dominar política y espiritualmente a todo un continente llevado de la mano del papa de turno, supone que fue todo un estratega y un genio, pero no que fuera un santo.
Gracias por la aclaración del tema de la firma. Es algo que desconocía por completo. Siempre la ves titulada como su firma y al final te lo crees. De hecho, también nosotros le hemos puesto el mismo pie de foto. ¿Por qué no ponemos “presunta firma” de Carlomagno’